CLIPSAS MAYO de 2018

Las Grandes Logias Femeninas de Argentina, España y Francia elaboraron un documento conjunto, como resultado de un trabajo de análisis realizado sobre la actual situación de la mujer y la necesidad de un cambio. Les presentamos aquí la síntesis de este trabajo.
« ¿Cómo promover, en el mundo, el progreso de las mujeres hacia su Libertad?»

Para responder respeto a este tema, se fijaron varios ejes temáticos, como la educación, el acceso a la IVE (interrupción voluntaria del embarazo) y su historia, en España, en Argentina y en Francia, como las posibles medidas en el seno de nuestras obediencias, completadas con el compromiso cívico.

Olympia de Gouges, Fragmento del preámbulo y artículo primero de la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana de 1791: «La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común».

Condorcet, filósofo – 1743/1794 – uno de los padres de la Revolución francesa, escribía: « La Sociedad debe al pueblo una instrucción pública como medio de hacer real la igualdad de los derechos».

Por lo tanto, el progreso de las mujeres hacia su Libertad se entiende por la libertad de tomar decisiones con total autonomía con respecto a su vida personal, afectiva y sexual. Como condición previa y junto con la concientización de su autonomía, las mujeres deben tener en cuenta el entorno social y cultural, escapar de la presión de la religión y estar en capacidad de ser independientes económicamente.

¿Puede la mujer disponer de su cuerpo del cual es ella de hecho la única dueña? ¿Tiene ella la legítima libertad de tener, o no tener, uno o varios niños, cuándo, y con quién? Varias generaciones de mujeres vivieron cuarenta años de lucha hasta conquistar el derecho a la anticoncepción y, en caso de fallo, al aborto, o IVE. Porque el aborto es un concepto únicamente reservado a la mujer, que pasó de la idea de tema prohibido a la de derecho. Aunque la ley lo autoriza, este derecho irrenunciable de decidir procrear se pone continuamente en tela de juicio. Cada una y cada uno posee su libertad de consciencia ciudadana. Es éste un principio que permite acoger hombres y mujeres de cualquier línea filosófica o religiosa. Este principio no se puede negociar. En Francia, el laicismo aplicado por la ley de 1905, eliminando la idea de dependencia y afirmando la libertad de consciencia, nos abrió, a nosotras las mujeres, el progreso hacia el empoderamiento de nosotras mismas y el acceso a la ciudadanía. Es también dentro de y por el cumplimiento de la total libertad de consciencia que la Francmasonería inicia en cada una de nosotras la creación de su templo interior, edificado piedra tras piedra por la labor simbólica, aumentada y fortalecida por cada una de nuestras celebraciones.

La ley gala del 17 de enero de 1975 desincriminaliza la interrupción voluntaria del embarazo y así permite a las mujeres que dispongan de su cuerpo y de su relación con la maternidad y del deseo de tener niños. Desde esa fecha, la legislación se desarrolló, y, ayudadas por las profesiones médicas, la enseñanza afectiva y sexual de las niñas y de los chicos a partir de la escuela, el seguro ciudadano francés pero también europeo, las actitudes han cambiado y por lo tanto se ha fortalecido el progreso de las mujeres hacia su libertad.

Si la época ha cambiado desde la revolución, si el desarrollo científico y económico se caracteriza por una gran complejidad, si el individualismo y la globalización se han establecido, la educación tiene siempre el mismo objetivo: hacer que los espíritus piensen libremente y permitir la construcción gradual de un espíritu instruido, autónomo y crítico. Es algo fundamental para el amparo de los derechos de la mujer, pues dondequiera que el principio de laicismo esté en peligro, las primeras que son despojadas de su libertad como seres humanos, siempre son las mujeres.

Esther Duflo, economista francesa, especialista de la pobreza, recordó que la pobreza en el mundo se produce por culpa de las tres « ies »: La « i » de ideología, la « i » de inercia, la « i » de ignorancia. Pues bien, estas tres « íes » generan también pobreza espiritual. La ideología patriarcal nos sojuzga, por inercia se perpetúan los roles masculinos y femeninos. Nos mantiene a las mujeres en la ignorancia de conocimientos fundamentales.

Pero las masonas tenemos una gran « I » para combatir los problemas que nos acucian, nosotras tenemos la gran « I » de la Iniciación. Ya desde niñas las mujeres en España, pero también las de todos los países, se encuentran con estereotipos en el seno mismo de la familia o impuestos la sociedad a través de la publicidad y el consumo. Es urgente educar a los y las jóvenes en el hecho de que las relaciones deben ser siempre consentidas: NO ES NO. Hay que promover una educación libre de prejuicios y no dejar que se mantengan los estereotipos como “eso es de chicas, eso es de chicos”, sea para las prendas, los juguetes o en los sectores universitarios.

Todos los Estados no reconocen el derecho a la IVE.

De hecho, en España ha generado históricamente un gran debate entre defensores y detractores. El 9 de enero de 1937 se publicó en Cataluña un Decreto, en el que se aprobaba una ley del aborto muy vanguardista en relación a las del resto de Europa. Desgraciadamente, y a pesar de su aprobación en toda España, sólo se pudo aplicar en las zonas republicanas. La Guerra Civil comenzó y muchas ciudades que quedaron bajo el dominio de los militares sublevados absolutamente contrarios a la IVE por pertenecer a las corrientes de la Iglesia Católica más conservadoras, nunca aplicaron aquella ley. La mujer dejó de ser sujeto con derechos para pasar a ser “objeto” de derechos de otros, cuyo cuerpo tiene funciones sexuales y reproductivas pero no es suyo sino que está sometido a poderes ajenos: maritales, religiosos, etc. Tuvieron que pasar muchos años hasta el advenimiento de la democracia en 1977 y después el triunfo de un gobierno socialista cuando en 1985 entró en vigor la ley de la IVE. En el año 2010, el proyecto de ley nominado “De salud reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo» supuso un gran avance de los derechos de la mujer ya que reconocía la IVE como un derecho, lo inscribía en el marco de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Sin embargo, los gobiernos conservadores actuales, presionados por lobbies religiosos conservadores (que en España son muy poderosos aunque minoritarios), intentan abolir de un plumazo todos los derechos alcanzados por las mujeres de este país.

En Argentina, donde la IVE es ilícita, los congresistas examinan actualmente un proyecto de ley – y aunque la mitad de los argentinos estén en favor de ello, no se puede estar seguro de que el Congreso, y especialmente el Senado, muy conservador, otorguen su acuerdo a la legitimación de la IVE. Pero, desde hace unos días, es por medio de la escuela que se realiza la potenciación del papel de las adolescentes. Varias protestas tienen lugar tras la expulsión de su colegio de una alumna que no llevaba sostén bajo su vestido. El movimiento de mujeres hace oír su voz y chicas cada vez más jóvenes se levantan para exigir sus derechos: la legitimación del aborto, las clases de educación reproductiva, el respeto de los cuerpos y derechos de las mujeres.

Para ayudar y argüir esos derechos, el procedimiento masónico propone, entre otras cosas, dos ejes complementarios: docencia en los Talleres y acción operativa en la Sociedad Civil. Esa docencia puede cumplirse de diferentes maneras: enseñar la noción de igualdad entre los géneros, de libertad de consciencia relacionada con la noción de laicismo, de fraternidad entre los seres humanos, todo ello dentro pero también fuera de nuestros templos.

Obremos para que el cumplimiento del ideal de igualdad entre mujeres y hombres en nuestras instituciones sea realidad. El rol de nuestras obediencias como organizaciones de mujeres puede marcar la diferencia de manera importante en esos dos frentes. Es necesario que nuestras obediencias aboguen por el laicismo, participen en las Universidades para incluir en las cátedras y programas docentes los temas de libertad e igualdad de género, promuevan una educación pública igualitaria, y exijan la rendición de cuentas de los Estados respecto de los compromisos asumidos para con las mujeres en los tratados de derechos humanos, como la CEDAW.

Tenemos que mantener la vigilancia. Nada puede darse por sentado. Como lo enseña el procedimiento masónico, la « libertad de consciencia » se consigue con una buena educación libre de prejuicios y libre de dogmas.
El ideal masónico, sostenido por valores como los de Libertad, Justicia, Igualdad, respeto de la Diversidad y de la Dignidad humana, es la mejor garantía para mantener los Derechos Fundamentales de las personas en general y de las mujeres en especial.

Trabajo realizado en conjunto por
Gran Logia Femenina de Argentina
Gran Logia Femenina de España
Gran Logia Femenina de Francia